Este fin de semana tenemos un plan. Descansar, pasear, remolonear y recargar las pilas.
Y ya que las provisiones de manzanas han llegado a su fín, no hay mejor excusa para repetir el plan manzanas que tanto nos gusta. (Ya os he contado alguna vez que pasamos mucho tiempo en Barcarola, una casita en la vecina Francia, donde los niños y los que no somos niños, recibimos nuestra buena dosis de verde y tranquilidad).
La última vez que fuimos a por manzanas fue en agosto, recogimos dos sacos que pensábamos que durarían una eternidad, pero no ha sido así. Llegamos, cogemos una carretilla y, ¡a recoger se ha dicho!
Y claro, son niños, hay para todo. Hasta que se organizan, que yo recojo esta, que yo coloco, ¡no yo!
Van descubriendo que es un trabajo de equipo. Y la cosa llega a buen puerto, bueno, a buen saco.
La plantación tiene una tienda en la que venden además de manzanas, zumos, sidra, mermelada y otras delicias locales. Después de un exquisito zumo de manzana, se lanzan a jugar en el parque que tienen en la entrada. La verdad es que es una auténtica gozada pasar una mañana allí.
Porque tenemos la suerte de haber encontrado un lugar así. Pero es otoño, una época perfecta para escapar al campo, a pasear, recoger castañas o setas y empapar la retina de los preciosos colores que nos regala esta temporada.
¡Hasta pronto!
Más información y contacto:
Domaine Darmandieu, Saint Etienne D’Orthe
Para dormir:
Casa Barcarola, Urt (País Vasco Francés)