«Era una noche de tormenta, tronaba y llovía mucho – comenzaba su historia -, caminaba por el bosque y me torcí el tobillo. Me caí y no pude continuar. Allí me quedé. Pasé la noche en el bosque, bajo la tormenta». Nosotros le decíamos, con cara de susto: «Pero qué miedo, aitona. ¿Pasaste mucho miedo, ¿verdad?». Y el contestaba, con su media sonrisilla y su risa socarrona: «¡Qué va! Fue la noche más maravillosa de mi vida».
Una historia que escuchamos una y mil veces a lo largo de nuestra infancia y que este fin de semana me ha venido una y mil veces a la cabeza. Subida a una de las cabañas en los árboles que hay cerca de los carros zíngaros donde dormimos. Caminando por el bosque bajo la lluvia. O en nuestra esperada visita al Bosque Pintado de Oma – un lugar que el artista Agustín Ibarrola insufló de magia y en el que de repente te sorprendes sintiendo de nuevo el asombro infantil -.
Teníamos muchas ganas de vivir por fin la experiencia de dormir en los carros zíngaros y de verdad que no nos defraudó (las cabañas las dejamos para la próxima ocasión). Los carros son pequeñitos, muy cómodos y coquetos.
Tienen una enorme cama con dosel, que hace las veces de teatro para los pequeños, una zona de estar con mesitas y el porche con vistas al bosque, donde pasamos la mayor parte del tiempo.
La cena y el desayuno se reciben en unos cestos en el mismo carro (a las cabañas los suben con una polea). El desayuno fue uno de los momentos favoritos de los peques, les encanta preparar la mesa los fines de semana así que encontrarse todo lo que necesitaban en un cesto a la entrada del carro fue todo una fiesta. Y ese cafecito… ¡supo a gloria!
Los carros están a pocos metros del caserío, donde se ubican la recepción y las zonas comunes: un pequeño bar-office, el salón (donde tienen juegos para los niños y una biblioteca) y en la planta superior están los baños. Todo decorado con un gusto exquisito por Karin, la propietaria. Por la noche, cuando esta zona está cerrada, se puede acceder a los aseos y las duchas del edificio anexo. Al llegar, recibimos un frontal como el que llevan los exploradores para alumbrarse por la noche. Como te puedes imaginar, a partir de las 10, los peques tuvieron que ir al baño para poder usar su frontal.
En Zuhaitz Etxeak tienen también un spa ecológico con sauna finlandesa y bañera exterior, que funcionan con leña. Es una auténtica delicia disfrutar del spa en plena naturaleza, al aire libre, te lo digo por experiencia. Y es que ese momento sí que fue la hora feliz. Los niños se quedaron en el saloncito jugando al parchís, muy tranquilos, mientras María y Nieves, trabajaban cerquita. Y después del spa, la cena en el porche. Relax total.
Todo está pensado para que los viajeros disfruten y aprecien el entorno natural en el que se ubica, un bosque que pertenece al Parque Natural del Gorbeia. Es espectacular. A nuestra llegada salimos a dar un paseo por este bosque, en busca de la cabaña Ooohh, que es la más cercana. Llovía, pero íbamos bien equipados con botas impermeables y chubasqueros, así que no trastocó para nada nuestro paseo. Lo disfrutamos un montón. Es llegar a la cabaña y entender por qué se llama Ooohh.
María, la responsable del complejo, me quiso enseñar una de las cabañas para que sintiera lo que es estar ahí arriba. No pude dejar pasar la oportunidad y a pesar del vértigo subí a Txantxangorria, la cabaña más urbanita como dicen ellos (porque está más próxima al caserio, las demás están totalmente integradas en el bosque y hay que caminar un rato para llegar a ellas). Todas menos una tienen electricidad y ducha, son muy muy acogedoras y tienen un wc seco que se compone de un cubo con una bolsa biodegradable llena de serrín. La bolsa se recicla en forma de compostaje, sin necesidad de agua ni tratar con aguas grises.
Mientras charlábamos tímidamente en la cabaña – estar allí impresiona tanto que da respeto hasta hablar , me dijo de que vivir la experiencia de dormir allí arriba te hace reflexionar, repensar… Pone en su sitio las prioridades. Me comentó que en cada cabaña hay un libro en el que los viajeros escriben su experiencia. No hay una igual, pero todas tienen algo en común y tiene mucho que ver con el respeto. Y aquí vino a mi memoria la historia de mi aitona y el bosque…
Desayunar en el porche, pasear por el bosque… Un sueño para los pequeños. Descansar en unos coloridos carros zíngaros, una sesión de spa, el cesto del desayuno en la puerta… Un sueño para los mayores. Ha sido un fin de semana de ensueño. Un fin de semana para la desconexión, para la reconexión, en el que el bosque y la naturaleza han sido los protagonistas.
(Pide tu Diario de Aventuras BabyRural al realizar tu reserva)
¡Ah!, y a mi aitona lo encontraron al día siguiente, no recuerdo bien los detalles de este encuentro, pero me lo imagino, calado perdido y delirando. Feliz.
Enlace a la ficha en BabyRural (utiliza el formulario de consulta para tu reserva). ¡Gracias por mencionar que vas de parte de BabyRural!:
Zuhaitz Etxeak: Carros zíngaros y cabañas en los árboles del País Vasco
Recomendaciones para viajeros:
Si váis a los carros os recomiendo hacer el recorrido a pie por el bosque para ver las cabañas, en este caso, llevad buen calzado para caminar.
En el País Vasco siempre es recomendable traer ropa para la lluvia, nunca se sabe cuándo ni dónde te va a sorprender, y ropa de cambio y calcetines para los peques.
Una escapada desde aquí:
El Bosque de Oma – Escapada BabyRural a un lugar mágico (con guía para los pequeños)
Gemma
Por favor.. me dan ganas de hacer la maleta ya mismo !!
Tenemos que ir. Cuando tú me digas, Itzi.
Un besito.
Preciosas fotos, precioso post y preciosa tú.
BSS
babyrural
Ay, si! Vamos! Esos carros son para estar unos diítas sin moverse de allí, ya sabes, \»sin pulso\» 😉
Muchas gracias, pero tu cursito de fotografía no me lo quita nadie!
Besote
Elena Mi casa en cualquier parte
¡Qué maravilla! Es mucho mejor de lo que me lo había imaginado. Solo pensar que teníamos que haber estado ahí con vosotros me entran los siete males. Pero iremos seguro. Gracias por la crónica. Un beso enorme.
babyrural
Gracias Elena! Me hubiera encantado coincidir con vosotros, pero seguro que coincidimos en otra ocasión. ¿Verdad?
Un besote!
Tenemos pendiente un paseíto donostiarra. Te espero 🙂
Nuria Granada Family
¡ Espectacular! Sin palabras, una auténtica maravilla. Gracias por la crónica. Y anotado queda en nuestra agenda de destinos imprescindibles.
Un beso desde Granada 🙂
babyrural
¡Muchísimas gracias Núria! Me ha encantado escribirla. Un beso desde Donosti! 🙂
Mamá Pata
Ay que envidia! Las ganas que tengo yo de pasar un finde en los carromatos! A ver si consigo convencer a la txikikuadri para irnos tres parejas con los peques! No se me ocurre mejor plan la verdad 😉
babyrural
Jeje… Pues mira que me empieza a dar envidia a mí el plan txikikuadri zíngara!
Eskerrik asko!
Confeti en los bolsillos
Parece que te metes en un cuento y cotilleas todas sus viviendas. Que chulo!!!
babyrural
A este paso te vas a tener que venir para un mes, porque hay tanto que ver!
Aunque contigo en cualquier parte lo pasamos bien
Besoooo
muxugorri
Vale, y ahora yo que hago con los dientes que se me han puesto tan largos que rozan contra el suelo? Para ir yo, mi partenaire y 5 críos mal, no?
babyrural
Ay, que no te había dicho nada! mmmmm. Igual vas a tener que irte de escapada romántica, los dos solitos a una cabaña en el árbol 🙂
Te debo una visita,
Un besín!