Esta vez nos ha parecido estar en otro aquarium. Conforme los niños crecen, se interesan por cosas diferentes y esta vez el mayor se ha entusiasmado con el tema de la caza de la ballena. Nada más entrar se ha quedado como clavado al suelo. El video de entrada a la exposición le ha llamado muchísimo la atención, ha estado un buen rato observándolo. Paisajes de la costa donostiarra, traineras y escenas relacionadas con la mar y la vida del puerto. Buena manera de hacerle picar la curiosidad. Así que con lo que seguía, maquetas de fragatas, balleneros, historias mercantes de la Real Compañía de Caracas, modalidades de pesca… todo lo quería saber y preguntar mi chico.
Las colecciones de conchas y esqueletos también le han resultado fascinantes. Y ya a la llegada a la gran pecera nos hemos quedado, como siempre, pegados al cristal. Esto también le ha gustado al peque, que ya estaba más en su salsa. Es una auténtica maravilla… Os recomiendo sentaros un rato a observar los peces, sus movimientos y lo interesante ver cómo en ocasiones los conjuntos de peces se agrupan por especies, cómo se cruzan entre sí los enormes tiburones, las fieras tortugas, las elegantes mantas… Es una especie de danza muy cautivadora y relajante.