Quizás sufra alteraciones, porque para gustos están los colores, y por aquí hay un pequeñín que dice que le falta un toque de rojo y seguramente se saldrá con la suya. Pero a día de hoy, esta es nuestra última creación navideña. Ya en puertas del gran día, toca decorar – valga la redundancia – la puerta de casa.

Esta vez, nuestro florista de cabecera nos recomendó unas ramas de abeto (para la anterior corona, la de Adviento, nos llevamos ramas de boj), y de nuevo me explicó cómo unirlas con lazo, y de paso nos regaló un buen trozo. Ya tenía lo más importante.

Sólo me faltaban unos toques decorativos, que ya tenía en casa. Una guirnalda dorada de Ikea y las estrellas, de tonos verdes, que encontramos en la tienda Casa. Como os dije la última vez, podéis incorporar trocitos de madera pintados, lazos, ramas de canela… vamos, lo que se os ocurra.
Para unir las ramas entre sí podéis usar hilo de alambre, en esta ocasión yo no usé, el florista me explicó perfectamente cómo unir las ramas únicamente con el lazo. Es interesante reservar trocitos de rama para ensartarlas en las partes que veáis que os quedan más desnudas.

Y poco más… Que si dejáis que los peques metan un poquito de mano en la decoración les va a hacer un montón de ilusión, los míos estaban ya cansados después de un finde muy laborioso (había que aprovechar el tiempo ya que estábamos recluídos en casa por enfermedades varias). ¡Así quedó!

¡Os deseamos feliz semana!

Más de Navidad:

Cómo hacer una corona de adviento